15.8.08

Ay ay ay:

(algo en esta canción me hizo acordar a un pasaje que leí una vez cuando era joven en uno de los libros del Marqués. Creo que era un sótano, el de una iglesia, sí, y había algunas monjas y dos o tres monjes, y la ocasión especial: desvirgar. Pero no a Juliette, creo. No sé. Sé que la sangran. Y de pronto todo mudo...................y recuerdo sólo el final. En un gran recipiente, algo hondo, como esos que se usan para ofrecer agua bendita y bla bla (que seguro han de tener un nombre específico que desconozco por ahora, y creo que Usted también) eyaculan los hombres castos. Luego, después de mezclarse la leche toda, orinan ahí mismo y una vez listo el brebaje las monjitas mojadas se pasan entre ellas el recipiente algo hondo para que cada una pueda tomar un sorbo de eso y puedan llegar así extasiadas al orgasmo.)

No se me ocurre nada qué escribir. Dejamos la carta para otro día, maestro.

Su más suculenta discípula,

Juana Inés

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